2 ago 2013

HISTORIA 3:

-No había escapatoria. Los bandidos nos pillaron por sorpresa y nos dejaron fuera de combate en cuestión de minutos. Cuando recuperamos el conocimiento, la princesa Suanna yo no estaba. Los siento Su Majestad-Rodnick, de la guardia real, levantó la cabeza para mirar al rey, que se notaba visiblemente afectado. Aun así, supo ,mantener la compostura.
-No os lamentéis así, querido Rodnick. No podriáis haber hecho nada. Además, el camino era seguro y no se esperaban bandidos.
-Hay otra cosa que se me ha olvidado comentarle, Su Majestad. Esos bandidos no eran normales. Estoy seguro de que se trataban de auténticos profesionales. Además, me fijé en que todos lucían el emblema de una torre derruida.-De repente, la cara del rey se enrojeció y montó en cólera.
-¡Ese es el emblema de Gnoff! ¡Ese sucio canalla! ¡Id ahora mismo a recuperar a mi hija!
-Señor, ten en cuenta que podría ser una trampa-le aconsejó, preocupado, Rodnick.
-Tienes razón-dijo el rey, ya más calmado. -Pero no puedo dejar a mi hija en manos de esa sabandija.
-Si me lo permite, Su Majestad, mi segundo y yo ya hemos elaborado un plan. Enviaremos a tres hombres para que se infiltren en el castillo de Lord Gnoff y, cuando estén seguros de que la princesa se encuentre allí, nos avisarán.
-Buena idea, comandante Rodnick. Si me lo permite, me gustaría conocerlos en persona antes de que se vayan. ¿Se encuentran aquí?
-Pues da la casualidad de que sí, Su Excelencia-Rodnick se dio la vuelta hacia donde estaban sus soldados.-¡Fink, Consya, Melar, venid aquí!-al momento, tres soldados se movieron y avanzaron al frente. El rey se detuvo un momento a mirarles.
Los tres vestían la armadura propia de la Guardia Real, blanca y dorada, con el emblema de un árbol dorado en el escudo. La primera figura era femenina, de pelo rizadi rojizo, ojos verde hierba y cutis claro. A pesar de la delicadeza de su rostro, mostraba una expresión dura y marcial.
La figura del medio era el doble de ancha y alta que la anterior. Tenía la cabeza gorda, con papada, poco pelo grisáceo y ojos pequeños negros.
Por último, la figura que quedaba era la más baja y delgada, un joven con una edad no superior a los veinte años, cara infantil, pelo rubio rojizo despeinado y ojos azules oscuros grandes y de largas pestañas, además de múltiples pecas.

-¿Me los puedes presentar por favor, Rodnick?-le preguntó, intrigado por como eran los guerreros.

COMO CAZADORES DE SOMBRAS LLEGÓ A MI ESTANTERÍA (PARTE 3)

-¿El alcalde es un pájaro?-preguntó Luke, extrañado.
Para su sorpresa, el pájaro habló.
-Soy un cernícalo, para ser más exactos-tenía una voz cantarina, como un píar hablado.-Soy la alcaldesa de este pueblo, Porqué.
-¿Porqué?-preguntó Jace.-Sinceramente, tiene un nombre un poco...como decirlo...extraño.
-Lo sé-respondió, severa, Porqué.-Mis padres me pusieron ese nombre porque siempre estaba haciendo preguntas.
-Y, ¿por qué fue nombrada usted alcaldesa?-le inquirió Clary.
-Porque yo lo empecé todo. Mi libro, El Cernícalo Porqué, fue el primer libro que le gustó al Creador. Después de mi libro se empezó a apasionar por la literatura, pero nunca me olvidó-explicó, orgullosa.
-Bueno, vamos al grano-aventuró a decir Simmon.-Venimos a registrar a Cazadores de Sombras en la Estantería.
-Perfecto-la alcaldesa voló hasta la maqueta de la Estantería, y se quedó allí, flotando.-¿Cuál es su dirección?
-Entre Percy Jackson y Los Juegos del Hambre-le comunicó Simmon.

-Oh, claro. Debería de haberme dado cuenta-musitó para sus adentros Porqué. Después, aleteó hasta que llegó a dos de los edificios de la Avenida García y tocó con una garra el espacio entre ellos dos. Después susurró: <<Cazadores de sombras>> y un edificio salió de la nada para posarse entre las otras dos casas, uno de color granate.-Ya está-les comunicó.-Ahora, fuera de mi despacho, soy una cernícalo ocupada-dijo a modo de despedida. Todos se despidieron de ella y salieron del ayuntamiento. Volvieron hasta la avenida y atravesaron hata que llegaron hasta su nuevo hogar. Se trataba de la casa de Luke en Nueva York, pero de un color granate y de seis plantas. Simmon dijo que a su derecha, donde había una especie de panteón griego azul marino de la misma altura que su casa, era el hogar de los Personajes de Percy Jackson, que eran semidioses que vivían en un campamento en Nueva York. A su izquierda, donde había una especie de cuerno verdoso tumbado horizontalmente y muy alargado, vivían los personajes de Los Juegos del Hambre, que habían participado en unos juegos que eran como un reality en los que solo una persona podía quedar viva. Después de eso, se despidió de ellos, les dijo que le podrían encontrar en la sala del principio o en la Villa de Roca de Guía, y les dejó a solas con su nueva vivienda.

COMO CAZADORES DE SOMBRAS LLEGÓ A MI ESTANTERÍA (TERCERA PARTE)


La voz del Creador era bastante distinta que lo que se esperaban los personajes. La voz de Víctor era la de un adolescente que acababa de cambiar de voz, grave pero aún con un toque infantil.
-¡Hola Edouard! ¿Qué pasa?
-Hola Víctor. Seguro que ya lo sabes, pero Cazadores de Sombras ya ha llegado a La Estantería-habló el Padre Edouard, como si hablara con un amigo en algún bar.
-Ya, ayer lo coloqué en mi estantería-le respondió el Creador, como si fuera lo más obvio del mundo.
-Pues dime entre que dos libros lo has colocado, anda-le inquirió el Padre.
-Voy-de repente se oyeron unos pasos, como si el Creador estuviera andando. Hubo un momento en el que se oyó un golpe y a continuación una palabrota, pero luego se calmó todo. Al cabo de un rato volvió a hablar.
-Está entre Percy Jackson y Los Juegos del Hambre, Edouard. Ahora, si me permites, son las 3 de la mañana y me gustaría descansar un poco-dijo, de forma dolorida, como si el golpe de antes se lo hubiera dado él. A continuación, el Padre Edouard se volvió ante los personajes de Cazadores de Sombras, que le miraban estupefactos.
-Bueno, Simmon, ya has oído. Entre Percy Jackson y Los Juegos del Hambre. Que el Creador esté siempre con vosotros-dijo a modo de despedida.
-Lo mismo digo-le respondió Simmon. A continuación, condujo al grupo fuera de la iglesia y, en vez de ir hacia la avenida, continuó por la calle.
-¿A dónde vamos?-le preguntó Isabelle.
-Al ayuntamiento, para oficialmente nombraros habitantes de La Estantería-respondió sin mirarla, Simmon.
-Solo una pregunta-aventuró Magnus.-¿Por qué el Creador tuvo que ir a mirar dónde nos había colocado, si él debería saberlo ya de antemano?
-Porque estaba durmiendo en ese momento-aclaró Simmon. Al darse la vuelta y ver que todos le miraban, sin comprender demasiado, se paró y se sentó en un banco.-A ver, el Creador no es otro que un chico de 14 años español, llamado Víctor García. Lo que pasa es que él, gracias a lo que le gustan sus libros y a su imaginación, logró crear La Estantería, un lugar de descanso para sus libros favoritos. Resulta que en su habitación tiene una estantería donde guarda sus libros favoritos, con lo que es allí donde nos coloca. Y solo se puede comunicar con nosotros por la noche, o cuando lee, ambas veces de un modo inconsciente. Y cuando tiene que ubicar a alguien, siempre se tiene que levantarse, sonámbulo, e ir hasta su estantería.
-Entonces, ¿nosotros podríamos ir a visitarle?-preguntó Jordan.
-Al vosotros vivir en La Tierra, sí. Eso sí, gracias a un hechizo, si le vieráis, él no os reconocería, igual que si os encontraseis con fans vuestros o incluso con vuestra escritora, Cassandra Clare-aclaró Simmon. Después se levantó y siguió andando. Maia se adelantó a su altura y le preguntó:
-Y, ¿dónde vive? Por si nos da por visitarle y eso.
-Vive en un pueblo de la periferia de Madrid llamado Boadilla del Monte. Pero nadie sabe la dirección exacta, así que tendriáis que buscar entre todo Boadilla-volvió a explicar Simmon. A continuación, se le iluminó la cara.
-¡Ya hemos llegado!¡Bienvenidos al ayuntamiento de La Estantería!
El ayuntamiento tenía forma de un templo romano, con sus columnas y escaleras a la entrada, pero hasta allí se acababan las similitudes. Todo el ayuntamiento tenía un color marrón, que desvelaba que estaba hecho de madera. En lo alto del tejado había un nido enorme, y las columnas estaban decoradas con escenas de pájaros, todos tallados en la madera. La puerta en sí tenía la forma de la cabeza de un pájaro, con el pico como picaporte.
-¡Guau!-soltó Simon.-Al alcalde deben de chiflarle los pájaros.
-Algo así-comentó Simmon, conteniendo una risita.
Al entrar, llegaron a un pasillo decorado con estatuas de varios tipos de pájaros: palomas, halcones, golondrinas, águilas...Había hasta un avestruz. Después de pasar la puerta idéntica a la de la entrada, entraron en el despacho del alcalde.

Y, detrás de una mesa de pino con una maqueta de La Estantería, sentado en un soporte especial, había un pequeño cernícalo.