2 mar 2014

HISTORIA VINCENT MERMAIDER-EVA REDFIELD PARTE IV


Los días pasaron, y Eva se recuperó por completo. Cuando la madre de Vince, Anna, regresó de Ca Cerim, contenta porque había conseguido que la mitad occidental de Atïtec estuviera bajo el control de Mímia, Vince le contó la situación de Eva, y ésta la asignó como ayudante del Sabio Ciaran. Vince la visitaba una vez por semana, y solían hablar sobre Himesi, Idhún y la Tierra. Cada vez se sentía más a gusto con ella, y la encontraba fascinante. Todos los días se pasaba esperando para hablar con ella, y solía pensar en preguntas que quería hacerle.

-¿Echas de menos a tu familia, Eva?-le preguntó un día.

-Echo de menos a mi hermano, al padre que he tenido toda mi vida...y a mi madre. Sobretodo a ella. Es la que siempre me ha apoyado y ayudado-respondió, apenada.

-Se cómo puedo ayudarte-le dijo Vince.-Aquí en Atïtec tenemos otras formas de comunicarnos. Sígueme-y echó a andar hacia el Jardín del Loto. Una vez allí, rozó la superficie del agua con la punta de los dedos, y una porción de la misma comenzó a brillar. Eva emitió un gemido de admiración, y Vince esbozó una sonrisa-¿Sabes dónde puede estar tu madre?

-Estará en el Palacio Real de Vanis, dentro del reino de Vanissar, a su vez en Nandelt-le dijo Eva, intrigada.

-De acuerdo-sentenció Vincent.-Vamos allá-cerró los ojos y se concentró. En la superficie del lago empezó a formarse un torbellino de agua.-Idhún-dijo Vince. Se mostró un acantilado en la costa de algún lugar.-Nandelt-se desplazó hasta llegar a un poblado humano.-Vanissar-salió un castillo con la bandera de Vanissar ondeando.-Vanis-la imagen cambió a una plaza de mercado llena de gente, vida y color.-Palacio Real-se mostró una imagen de un gran palacio.-Victoria ehmm...-se interrumpió Vince. Eva lo entendió al momento.

-D'Ascolli-aclaró.-Vince asintió y volvió a concentrarse.

-Victoria D'Ascolli-salió una mujer de mediana edad sentada en un trono, de pelo castaño, ojos castaños y un vestido blanco. Lucía una tiara sobre su cabeza, y parecía muy apenada. A su lado había sentado un hombre rubio hablándole, pero no se le podía oír. Vince susurró unas palabras, y la imagen salió del lago, como si fuera un espejo. Al mismo tiempo, el hombre y la mujer profirieron un grito. Ya se les oía hablar.

-¡Eva!-exclamó la mujer, yendo hacia donde estaba el espejo, pero lo atravesó sin más, y tuvo que retroceder.

-¿¡Eva, dónde estás!?¡Te sacaremos de allí, cariño!-dijo el hombre, furioso. Estaban hablando en idhunita, pero Eva le había enseñando a hablar idhunita a cambio de que él le enseñara himesiano, y ya sabía lo suficiente para entender lo que decían. Eva estaba asombrada por el hechizo, así que intentó calmarles.

-Yo proteger Eva-dijo lo mejor que pudo. Mientras, el hombre y la mujer le miraron, extrañados.-No problema-Vince ya no sabía que decir, así que se volvió hacia ella.-¡Eva, dí algo!-Eva pareció cobrar vida, y se adelantó hacia donde estaban el hombre y la mujer.

-Hola mamá, hola papá-saludó, ya en idhunita. Sus padres se relajaron y se acercaron.

-¿Dónde estás, Eva? Hemos buscado por todo Idhún-le preguntó quién debería ser Jack.

-Es que no estoy en Idhún. Salí volando de ahí-aclaró.

-¿Volando? ¿Cómo?-se extrañó Victoria.

-¡Ah, sí, no os lo conté! He conseguido transformarme en shek por fin-Vince pensó en ese momento en que nunca había visto un shek, y le gustaría ver uno. Hizo una nota mental de preguntarselo más tarde al Sabio o a Eva.

-¿Y, dónde estás?-inquirió Jack.

-Estoy en un lugar llamado Mímia. Es una ciudad de un reino llamado Atïtec, en un imperio llamado Himesi. Aquí todos son magos mamá, y son muy agradables conmigo.

-¿Todos son magos?-preguntó Victoria, sorprendida. Vince sabía que la magia escaseaba en Idhún, ya que allí solo la podían dar los unicornios, y Victoria era la última.

-¿Y quién es ese chico de ahí?-Jack señaló a Vince, autoritario. Eva se volvió para ver a quién apuntaba y sonrió.

-Es Vince. Es el hijo de la señora de Mímia, y me ayudó mucho cuando llegué. Es el único amigo que tengo aquí, y es el que ha posibilitado nuestra comunicación.

-¿Y cómo?-preguntó Victoria. Vince le explicó a Eva cómo, y ésta lo reprodujo en idhunita para sus padres.

-Es un hechizo que sólo pueden hacer los atïtecanos, y lo utilizan en vez de móviles o, no sé, palomas-explicó Eva.-Primero utilizan un conjuro que vuelve la superficie del agua en un portal no intercomunicable. Introducen después la dirección y la persona que buscan, como si fuera Google Earth, y después lo convierten en un espejo comunicador con otro hechizo. Cuando se quiera terminar la transmisión, simplemente tocan el espejo, y ya está.

-Curioso...-murmuró Victoria.

-Bueno, Eva, ¿cuándo vas a volver?-le preguntó Jack, serio.

-¿Qué?-la pregunta le pilló por sorpresa.-No tenía pensado volver.

-¿Por qué?-le preguntó Victoria.

-Ya os lo expliqué-respondió Eva, furiosa.

-¡Pero eso no es motivo!-Jack echaba fuego por los ojos.-Mañana vas a pedir que te conjuren un portal y...-Eva cortó la comunicación tocando el espejo. Se quedó mirando el Jardín unos instantes, hasta que Vince se acercó por detrás y le puso una mano en el hombro.

-¿Estás bien?-le susurró, preocupado.

-Sí, no pasa nada. La próxima vez que hable con ellos se lo explicaré más calmada-respondió Eva.

-De acuerdo-afirmó Vince.-Cuando quieras volver a hablar con tus padres llámame y...-Eva se dio la vuelta.

-No-sentenció.-No quiero seguir dependiendo de tí. Quiero que me enseñes a conjurar ese hechizo.

-No creo que puedas-negó Vince.-Solo los magos pueden hacer este tipo de magia.

-Por favor, yo tengo la magia en la sangre-Vince frunció el ceño.-¡Soy hija de un unicornio, bobo! Ni mi hermano ni yo podemos transformarnos en unicornios, pero nuestros padres nos han dicho que tenemos aptitudes mágicas.

-Vale-afirmó Vince.-Te enseñaré el hechizo. Pero con una condición.

-¿Qué condición?-inquirió Eva, curiosa.

-Que tú me enseñes como son los sheks.

-De acuerdo-afirmó Eva, sonriendo.


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